Romper con las reglas establecidas para buscar una identidad propia significó una búsqueda de 4 años
por diferentes valles y zonas de chile, hasta que finalmente y después de mucho recorrer encontramos
lo que buscábamos…. La costa del Valle de Curicó, en la comuna de Licantén, nos reveló un lugar soñado
para la vitivinicultura; su nombre en lengua indígena lo describe a la perfección “Lugar de Piedras mágicas.”
Próximo a la rivera del Río Mataquito y a unos 25 kilómetros de distancia del mar, Entre pronunciados lomajes
de la antiquísima cordillera de la costa, se despliega un mosaico de diferentes tipos de suelo de carácter
metamórfico como Licorellas, Lutitas, Maicillo y algunos sectores franco arcillosos.
La conjunción de tan variados elementos conforman de este lugar un verdadero “Microclima”,
los que significó que se le reconociera como una nueva denominación geográfica para la vitivinicultura de Chile,
siendo hasta ahora el único viñedo establecido en este lugar. Plantado solo con cepas tintas, en este viñedo
obtenemos vinos frescos y potentes, de taninos firmes y sedosos, colores profundos junto a sabores intensos y
frutosos. Todo lo anterior nos permite obtener las herramientas para vislumbrar un futuro en una dimensión diferente en cuanto a nuestra propuesta de vinos y nuestra propia identidad.